Hoy vamos a comenzar este post poniendo los puntos sobre las íes.
En numerosos artículos de nuestro blog, por no decir casi todos, nombramos las dehesas donde nuestros marranitos viven libremente, pero, a lo mejor hemos pecado al dar por sentado que todo el mundo sabe perfectamente en qué consiste una dehesa, por lo que vamos a explicarlo desde el principio.
¿Qué es una dehesa?
Para que todos nos entendamos, una dehesa es un bosque, pero con un toque especial que lo caracteriza para recibir este nombre.
Se trata en realidad de todo un ecosistema en el que se crían los cerdos ibéricos 100% de bellota. Y te preguntarás, ¿qué lo hace especial? pues que está formado principalmente por árboles del género Quercus: encinas, robles, alcornoques y quejigos (hablamos de ello detenidamente en nuestro post sobre alimentación y cerdo ibérico), por si te picase la curiosidad. Se tratan de los árboles que tienen como fruto a nuestras queridas bellotas.
Además de esto, la dehesa se da en el suroeste de la península ibérica. Originariamente, los ganaderos comenzaron vallando sus hogares y protegiéndolos así del ganado que pasaba por allí.
Origen del término dehesa
La procedencia del término “dehesa” viene del latín, defesa, que significa defensa o también terreno delimitado para uso de los pastos.
Pero no solo la caracterizan los Quercus, también encontraremos en una dehesa matorrales (jara, tomillo, romero…), y fauna salvaje, tanto animales en peligro de extinción como es el lince, como además varias especies de aves.
La dehesa y el cerdo ibérico
No van el uno sin el otro, ya que el cerdo ibérico nace y pasa su vida en este paraje y, además, se produce una sinergia entre ambos, al igual que la dehesa aporta al cerdo todos sus bienes, tanto en alimentación como en hogar, el cerdo se encarga a su vez de controlar las posibles plagas al tratarse de un animal omnívoro.
¿Cómo afecta el medio ambiente de la dehesa a la crianza y alimentación de los cerdos ibéricos?
Este bosque natural y mediterráneo es el responsable principal en cuanto a la cría y la alimentación del cerdo ibérico, gracias a la dehesa, pueden gozar de libertad y actividad, lo que aporta un desarrollo mayor en la musculatura del animal. De esta manera su grasa se infiltra en el músculo, aportando grandes particularidades a su carne. Si quieres saber más sobre la grasa del jamón ibérico de bellota, te dejo aquí nuestro artículo completo.
Es más, podríamos afirmar que se trata del paraíso del cerdo ibérico, ya que, entre otros, el triunfo del jamón ibérico está en el paso de los cerditos por este edén, donde comen su mayor manjar, la bellota, que encuentran con sorprendente facilidad en el período de montanera.
Y te preguntarás, ¿por qué se sienten tan atraídos por la bellota? Pues como curiosidad, te contaré que principalmente es por ese sabor agridulce que les proporciona un contenido elevado en azúcar.
Dejando la bellota a un lado, las gramíneas y leguminosas que proliferan bajo los árboles de la dehesa son también una gran porción de la alimentación del cerdo, por lo que, con todas, el medio ambiente que se genera en la dehesa es un todo para el cerdo ibérico.
¿Qué es el pastoreo extensivo en una dehesa?
Como hemos dicho al principio del post, no vamos a dejar una “i” sin su punto.
La ganadería extensiva se define como aquella que, usando razas principalmente autóctonas, utiliza los recursos naturales de la zona en la que habita. En esencia, se trata de utilizar un número de ganado aceptable que permita una regeneración de la zona en la que pasta.
En el caso de una dehesa, implica ser medioambientalmente sostenible con ella, de manera que se críe y alimente al número de gorrinos que ésta pueda abarcar, manteniendo un equilibrio y permitiendo la renovación de sus recursos.
Dehesas principales de España
En España, las dehesas están divididas fundamentalmente entre:
- Andalucía, Extremadura
- Castilla-La Mancha
- Castilla-León
- Madrid
Datado por el Ministerio de Agricultura, su extensión abarca de entre 3.5 a 5 millones de hectáreas, siendo Extremadura y Andalucía las mejores productoras de bellotas.
Cerdos ibéricos criados en dehesas vs cerdos en granjas
Como te puedes imaginar y por lo que os hemos contado a lo largo del post, existe una clara diferencia entre los cerdos criados en una dehesa frente a los criados en granja.
El proceso de los ibéricos criados en dehesa es un sistema más lento y costoso, es cierto, pero nos asegura carnes de mayor calidad y además algo muy destacable es que se le garantiza mejor vida al animal.
Lejos de la diferencia que claramente encontramos en el precio, vamos a enumerar otras muy interesantes:
1.Hábitat: la mayor parte de los cerdos en España se crían en granjas, con un espacio mínimo (según normativa varía por peso y tamaño) para el animal de 0.65 metros cuadrados por cerdo.
En el caso de los cerdos criados en libertad, las condiciones son bien distintas, con zonas cubiertas de al menos 1.50 metros cuadrados y con acceso a la dehesa.
2. Alimentación: otro punto a tener muy en cuenta, los cerdos de capa blanca se alimentan de piensos compuestos en un 70% de cereales, sin embargo, los criados en dehesas, como hemos comentado en otros post, se alimentan, además de bellotas, de todos los bienes que les proporciona la dehesa.
3. Tiempo de vida: algo de lo que se habla poco, la gran diferencia que nos encontramos de primeras en este aspecto, es la lactancia, en las granjas se alimentan de leche materna entre 21 y 25 días, frente a los mínimo 41 que lo hacen en las dehesas.
Por otra parte, debido a su actividad y alimentación, los cerdos criados en granja alcanzan su peso para el sacrificio aproximadamente entre los 8 y 10 meses. Los cerdos criados en la dehesa van a un ritmo más pausado, llegando su momento aproximadamente hacia los 12 o 14 meses.
Nuestra dehesa:
RR Ibéricos nos encontramos en la Sierra del Norte de Sevilla, una región de media montaña que es parte de la Reserva de la Biosfera “ Las Dehesas de la Sierra de la Morena” de la UNESCO.
En cuanto a nuestra flora, caracterizada por grandes áreas adehesadas, se alternan principalmente bosques de encinas y alcornoques y quejigos, además de otras especies como pinos y castaños.
En conclusión, un paraíso que hace que con orgullo podamos afirmar: nuestros animales viven felices y en libertad. Lo que se traduce en una calidad excepcional de nuestros productos ibéricos de bellota.