¿Cuál es la mejor forma de cortar un jamón si lo vas a comer poco a poco?
Un jamón ibérico no se abre a lo loco ni se despacha en dos días. Si vas a disfrutarlo a ritmo lento, como debe ser, el corte cambia, y mucho. Aquí te contamos cómo empezar con buen pie (y buena pezuña).
Qué significa “consumo lento” y por qué importa para el corte
Hablamos de consumo lento cuando el jamón se va a lonchear poco a poco durante varias semanas o incluso meses. Nada de zamparse medio jamón en una boda o en fiestas del pueblo: esto va de disfrutarlo en casa, con calma, como si cada loncha fuera oro (que lo es).
Este ritmo de consumo implica ajustar el corte para conservar bien la pieza, evitar que se seque y sacarle el máximo partido sin prisas ni desperdicio.
Por qué empezar por la babilla: la parte más curada
Si el jamón va a durar, se empieza por la babilla. Es la parte más estrecha y curada de la pieza. Al estar más seca, conviene abrirla primero porque aguanta peor el paso del tiempo una vez empezada.

La maza, más jugosa y grasa, se reserva para más adelante, cuando la babilla ya no dé más de sí. Así, mantienes lo mejor del jamón en su punto óptimo durante más tiempo.
Colocación correcta en el jamonero: pezuña hacia abajo
Lo de la pezuña hacia arriba o hacia abajo no es una tontería. Si vas a tardar en consumirlo, empieza por la babilla y coloca el jamón con la pezuña hacia abajo.
Eso te da acceso directo a la parte más curada y te ayuda a que el corte sea más ordenado. Ya tendrás tiempo de girarlo cuando le toque el turno a la maza.
Y recuerda: el jamonero debe sujetar bien la pieza. Un buen apoyo es medio corte ganado.
En la siguiente sección, afilamos cuchillos y preparamos el terreno.
¿Te estás preparando para cortar tu jamón como un auténtico maestro? Hazlo con una pieza que esté a la altura.
Descubre más sobre nuestros jamones de bellotaHerramientas básicas para cortar bien y conservar mejor
Un buen corte no empieza con la loncha, sino con las herramientas. Aquí no vale cualquier cuchillo de cocina ni un jamonero cojo. Si quieres que tu jamón ibérico se mantenga perfecto durante semanas, necesitas el equipo adecuado y un poco de maña.
Jamonero firme y cuchillos adecuados
El jamonero tiene que sujetar bien la pieza: nada de bailarinas ni inventos inestables. Un buen soporte evita accidentes y facilita el corte limpio.
En cuanto a cuchillos, necesitas al menos dos:
- Uno largo y flexible, el jamonero clásico, para lonchear fino.
- Otro más corto y robusto para los cortes iniciales y zonas duras.
Y si tienes un deshuesador fino para rematar al final, mejor que mejor.
En nuestra guía sobre los mejores cuchillos para el jamón ibérico tienes más info.
Cómo afilar y mantener tus cuchillos durante el proceso
No hace falta tener un máster en forja, pero sí conviene afilar el cuchillo jamonero con regularidad. Un cuchillo bien afilado corta mejor, más seguro y sin desgarrar la carne.
Usa una chaira o piedra de afilar antes de cada sesión de corte. Y guárdalos limpios, secos y alejados del fregadero: el acero y la humedad no se llevan bien.
Higiene y preparación del entorno de corte
Esto es jamón ibérico, no un bocata de gasolinera. Cuida el entorno donde lo cortas: tabla limpia, manos lavadas, cuchillos bien secos y sin restos de grasa vieja.
Además, evita corrientes de aire o focos de calor directo. Un rincón fresco, seco y tranquilo será tu mejor contexto para mantener el jamón en forma.
Y si quieres ir un paso más allá, aquí te dejamos una guía completa sobre cómo conservar una pata de jamón en casa.
En la siguiente sección, te contamos cómo abrir el jamón sin cargarle la primera capa. Que eso también tiene su arte.
Descubre nuestros jamoneros artesanales RR Ibéricos
Paso clave | Recomendación |
---|---|
Apertura inicial | Empieza por la babilla si vas a tardar en consumirlo. Haz el corte unos 3-4 cm bajo la cadera. |
Retirar grasa | Solo elimina la grasa amarilla. La grasa blanca ayuda a conservar la jugosidad. |
Corteza | Quita solo la corteza de la zona que vayas a lonchear. Nada de pelar todo el jamón de golpe. |
Zona protegida | Deja intactas las zonas que no vayas a cortar. Así se mantiene la pieza protegida y sabrosa. |
Técnicas de corte para jamón de consumo lento
Este es el momento en que el corte cobra sentido: lonchas que deslizan, sabor que explota, nada de desgarrar la pieza. Vamos con lo que los maestros jamoneros recomiendan para tajos que respetan el jamón durante semanas.
Cómo hacer lonchas finas sin secar el jamón
Una loncha gruesa no es valiente, es cobarde. La gracia está en la finura, pero sin quebrar la carne. Los maestros aconsejan que el cuchillo vaya paralelo al hueso o ligeramente inclinado según la zona, para seguir la curvatura natural del jamón.
Para que no se seque la carne, evita deslizar el cuchillo como si fuera un machete: el corte debe ser lento, progresivo y con apoyo firme. Así tu loncha “cae” sin dañarse.
Cantidad ideal que deberías cortar cada vez
Lo ideal: cortar justo lo que vas a comer los próximos días. Si cortas mucho, la zona quedará expuesta al aire y se resecará. La mayoría de los maestros coinciden: corta solo lo necesario para 1–3 días.

Cómo evitar llegar al hueso demasiado pronto
Cuando te acercas al hueso, las lonchas salen menos limpias y la carne pierde elegancia. La técnica: al acercarte al hueso, cambia a cortes perpendiculares en vez de paralelos, y alterna con cortes pequeños. Así evitas forzar el jamón y deteriorar su textura.
Qué hacer cuando ya no salen lonchas limpias
Cuando la pieza no permite lonchas finas (la zona está demasiado cerca al hueso o la fibra es muy firme) toca adaptarse. Hay tres opciones viables:
- Hacer cortes tipo taquitos o tiras pequeñas para recetas (guisos, salteados).
- Usar cuchillo corto para “rascar” la carne restante con delicadeza.
- Dejar esa zona para consumir en los últimos días del jamón, cuando todo lo demás esté ya aprovechado.
Los maestros advierten que una mala gestión de estas zonas puede arruinar semanas de buen corte.
Mantener el equilibrio entre loncha fina y jugosidad es todo un arte. En el siguiente paso, veremos cómo conservar el jamón día a día una vez abierto.
¿Has visto manchas marrones en el jamón? Aprende qué hacerTécnica | Recomendación |
---|---|
Lonchas finas | Corte paralelo o ligeramente inclinado al hueso, sin presión excesiva. El cuchillo debe deslizar con control. |
Cantidad por sesión | Corta lo justo para 1–3 días. Así evitas que la zona cortada se reseque. |
Evitar el hueso | Cambia la dirección del corte al acercarte. Usa cortes cortos y perpendiculares para aprovechar mejor. |
Cuando no salen lonchas | Pasa a taquitos, usa cuchillo corto o guarda esa parte para el final. No malgastes la pieza. |
Conservación diaria del jamón ya empezado
Has cortado con mimo, con cuchillo afilado y buena intención… pero si no lo conservas bien, todo ese trabajo se va al garete. Aquí van los cuidados diarios que necesita tu jamón para aguantar el ritmo lento sin perder la gracia.
Cómo cubrir la zona cortada para que no se reseque
Después de cada corte, tapa la parte expuesta con unas lonchas de la propia grasa blanca que retiraste al empezar. Esa grasa protege, hidrata y mantiene el sabor. Encima de eso, puedes poner papel de cocina limpio o un trapo de algodón sin olores.
Evita plásticos pegados directamente a la carne. Y ni se te ocurra dejarlo al aire: es receta segura para el secado exprés.
Dónde guardar el jamón en casa: temperatura y luz
Busca un lugar fresco, seco y sin luz directa. La cocina puede servir, pero cuidado con hornos, ventanas o calefacciones cercanas. Idealmente, entre 15 °C y 20 °C.
Y muy importante: si lo tienes en un jamonero, gira un poco la pieza de vez en cuando para que no le dé siempre el aire en el mismo punto.
Cuándo usar grasa, film o trapo, y cómo elegir
- Grasa blanca: lo más natural y eficaz para cubrir la zona cortada. Primera opción siempre.
- Trapo de algodón: transpirable, ayuda a evitar que el jamón se reseque. Cuidado: que esté limpio y sin olores.
- Film transparente: solo si hace mucho calor o hay riesgo de insectos. Nunca en contacto directo con la carne, y mejor si lo retiras antes de cortar.
Si quieres verlo con más detalle, te dejamos esta guía completa sobre cómo conservar el jamón en casa día a día.
Qué hacer si aparece moho o resequedad
Que no cunda el pánico: un poco de moho blanco o resequedad superficial es normal en jamones curados de forma tradicional. No es síntoma de que esté malo.
¿Qué hacer? Limpia con un paño ligeramente humedecido en aceite de oliva o alcohol alimentario (tipo aguardiente) y retira esa capa antes de cortar.
Y si ves manchas marrones en el jamón, no te asustes: en la mayoría de los casos son cristalizaciones naturales de tirosina o zonas de oxidación superficial.
Un buen jamón se cuida a diario, como una planta o una buena amistad. Un pequeño gesto tras cada corte marca la diferencia.
Compra tu jamón de bellota y aprende a cuidarlo como se mereceCuidado | Recomendación |
---|---|
Cubrir la zona cortada | Usa grasa blanca del propio jamón + trapo de algodón o papel limpio. Nada de plásticos directos. |
Ubicación en casa | Lugar fresco, seco, sin luz directa. Temperatura ideal: 15–20 °C. Alejado de calor y humedad. |
Grasa, trapo o film | Grasa blanca: primera opción. Trapo limpio: útil. Film: solo si hace calor o hay insectos (y sin contacto directo). |
Moho o manchas | Moho blanco = normal. Limpia con aceite o alcohol suave. Manchas marrones no siempre son malas. |
Cambiar de lado: cuándo girar el jamón y empezar la maza
La babilla ya ha dado todo lo que tenía. Ahora toca girar la pieza y entrar en la maza: esa zona ancha, jugosa y con vetas de grasa que te saca una sonrisa solo con olerla. Pero cuidado: girar el jamón no es un trámite, es un punto de inflexión en el arte del corte.
Señales de que la babilla ya está agotada
¿Cómo saber que ha llegado el momento? Fíjate en estas pistas:
- Las lonchas empiezan a salir irregulares o con mucha fibra.
- Se ven zonas más duras, pegadas al hueso.
- Ya no hay continuidad en el corte, y cuesta sacar piezas limpias.
Cuando llegas a ese punto, es mejor no insistir: toca girar la pieza y empezar una nueva fase de corte.
Cómo girar la pieza sin dañar la carne
Lo ideal es que el jamonero permita girar la pieza sin necesidad de sacarla del soporte. Si no, hazlo con cuidado, agarrando el jamón por la parte más ancha (la caña) y girando con suavidad. Coloca ahora la pezuña hacia arriba, dejando la maza a la vista.
Antes de cortar, repite el proceso: limpia corteza y grasa solo en la zona que vayas a lonchear, manteniendo el resto protegido.

Repetir el proceso para la nueva zona
Empieza por lonchas finas desde la parte central de la maza, y ve ampliando el corte hacia los laterales a medida que avances. La grasa infiltrada aquí es oro: aporta jugosidad y sabor, así que disfrútala como se merece.
La dinámica es la misma que con la babilla, pero más generosa. Eso sí: vigila las cantidades que cortas y sigue conservando bien la pieza entre cortes. Si te pasaste con la limpieza, repasa nuestra guía sobre cómo conservar la pata de jamón en casa.
La maza es donde el jamón se pone serio: sabor, grasa infiltrada y puro disfrute. Hazle justicia con un corte fino y conservando bien cada zona.
Compra tu jamón de bellota y aprovecha cada parte como un expertoAprovechamiento completo: qué hacer con las partes difíciles
Cuando el jamón ya no da lonchas limpias, empieza otra fase: la del aprovechamiento total. Aquí se demuestra el respeto al producto y el arte de no desperdiciar nada. Porque en un buen jamón de bellota, hasta el hueso tiene su momento.
Cómo cortar la zona del codillo, caña y punta
Estas zonas tienen más nervio, más hueso y menos acceso, pero también mucho sabor. El codillo, en la parte alta junto a la maza, da carne intensa ideal para tacos.
La caña (el final de la pata) se corta con cuchillo corto y paciencia. Mejor hacer tiras o virutas que intentar lonchear. Y la punta, con su grasa y curación intensa, se aprovecha bien en pequeñas piezas para cocinar o incluso rallar en platos calientes.
Cortes en tacos: cuándo y cómo hacerlos
Cuando la carne se vuelve irregular o está demasiado cerca del hueso, lo mejor es pasar a tacos. No hace falta que sean perfectos: tamaño bocado, sin nervio y con algo de grasa para mantener el sabor.
Ideales para salteados, revueltos, croquetas o, simplemente, comerlos a palo seco con un vino tinto de los que no se olvidan.
Cómo guardar huesos para caldos o recetas
Los huesos del jamón son puro umami. No los tires: córtalos en trozos de unos 10–12 cm (mejor con sierra o cuchillo de carnicero), envuélvelos en papel o film y guárdalos en el congelador.
Te servirán para hacer caldos, guisos de legumbre, lentejas, cocidos o hasta fondos para salsas. El sabor que aportan no lo encuentras en pastillas de caldo ni en sueños.
¿Sabías que en RR Ibéricos los huesos también cuentan? Cada pieza lleva detrás años de cuidado. Aprovecharla entera es un homenaje a la tradición.
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Preguntas frecuentes sobre el corte y la conservación lenta
¿Cuántas lonchas se recomienda cortar al día?
No hay una cifra mágica, pero si el consumo es lento, lo ideal es cortar solo lo que se va a consumir en 1 o 2 días. Así evitas que la zona expuesta se reseque. Recuerda: menos cantidad, pero bien cortado, es mejor que lonchas de más que acaban perdiendo sabor.
¿Es mejor guardar el jamón en la nevera si no se consume rápido?
Solo en casos extremos (mucho calor, humedad o riesgo de insectos), y siempre bien envuelto. Pero en condiciones normales, nunca metas un jamón en la nevera: el frío altera su textura y apaga el aroma. Mejor conservarlo en un lugar fresco y seco.
¿Cuánto puede durar un jamón empezado sin estropearse?
Si se conserva bien (grasa blanca, trapo limpio, ambiente fresco), una pieza empezada puede aguantar sin problema entre 1 y 3 meses, dependiendo del tamaño y del grado de curación. Lo importante es proteger bien la zona de corte tras cada uso.
¿Puedo congelar jamón ibérico si tardo mucho en consumirlo?
Se puede, pero es un recurso de último recurso. Congélalo en pequeñas porciones, bien envueltas y sin aire. Eso sí: la textura y el aroma pueden sufrir. Si eliges un buen jamón y lo conservas bien, no hará falta llegar a ese punto. Mejor aprender cómo conservarlo en casa con mimo y a temperatura ambiente.
¿Te han quedado dudas? En RR Ibéricos no solo curamos jamones: también resolvemos preguntas. Escríbenos si necesitas ayuda para sacar el máximo partido a tu pieza.
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